cierro lentamente los ojos
y con un pincel alado me pinto las pupilas para no verte
te asomás, arañando despacito como si gritaras un susurro de miel envenenada
a mi me gusta la miel, sos malo
pero de repente se escriben cuatro versos de cálidos nubarrones en mi almohada
y me llevan como entre colores
de cielo, estrellas y hadas.
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