te escribo, en esta hoja de carbón,
miel y unas lágrimas al oído
y me dices que te quiera
- y no me dejes perdida de nuevo -
sin escape a esa vida que nunca me dijistes
que siempre querías encontrarme
y te vinistes en secreto a buscarme
y nada sucedió, fue invisible el impulso,
- el atisbo de realidad se nubló en la poesía -
se fue de mis manos como agua en cristales
cortando venas, sangrando árboles
y alguna vez te dije que lo sentía
despacito y a mi modo
me fui por eso, por haber tendido
la oportunidad antes que pudieras abrazarla
lunes, 7 de mayo de 2012
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